Os presento al señor y la señora Olmedo...
La historia de estos dos polluelos es de las más bonitas del mundo. Se conocieron siendo niños, y aunque el señor Olmedo pronto se enamoró de la señora Juárez, esta no le correspondía. Sin embargo nuestro gallo no se rindió y siempre hablaba con ella con la ilusión de que pasase algo más, pero no lo conseguía.
Un día la señora Juárez fue a un concierto de Miguel Rios con todos sus amigos, menos el señor Olmedo, y allí, mientras cantaba la canción de "el rio", se dió cuenta de que echaba de menos a alguien, necesitaba a alguien a su lado...y ¿que les parece? ¡Echaba de menos al señor Olmedo!
Volvió a su casa pensando en esos nuevos sentimientos encontrados, quizás esa insistencia por parte del señor Olmedo al final hubieran dado sus frutos.
Poco a poco fue quedado con él, y se fue enamorando, aunque el señor Olmedo ya estaba prendado de ella. Y como todo cuento de hadas, se quisieron, fueron novios durante un largo tiempo y se casaron.
Crearon un pequeño nido y, al poco tiempo, nació su primer poyuelo. Era una niña regordeta de ojos marrones. La cuidaron y la mimaron, y le dieron un hermanito, un pollo muy revoltoso pero muy cariñoso. Ya eran una familia feliz, pero entonces, la señora Olmedo anunció que tendrían a un pollo más en su nido, algo que pilló por sorpresa al señor Olmedo, pero al nacer el tercer pollo, la casa se llenó de alegría.
La familia empezó a crecer, y los señores Olmedo decidieron que sería mejor buscar un nido más grande, un nido donde entrasen todos y nadie se pelease por el espacio. Se mudaron, pero los polluelos seguían creciendo, solo que esta vez, no se mudaron toda la familia, sino que los polluelos fueron dejando el nido.
La mayor conoció a un gallo de un lejano corral y se fue con él porque lo quería mucho, el mediano se compró un nido donde echar sus propias raices y el pequeño, bueno, el pequeño se quedó en el viejo nido, mientras el señor y la señora Olmedo se iban a su nido de la playa a disfrutar de sus largas y merecidas vacaciones.
Así que si alguien quiere encontrarlos, es posible que tenga que ir a ese nido en la playa, donde seguro verán al señor Olmedo montando en bicicleta y a la señora Olmedo leer libros de misterio.
Os quiero mucho.